martes, 5 de abril de 2011

Soltar una Relación...


Desde la experiencia misma, cuando a uno le llega el momento de vivir el desapegarse de alguien con el que ha mantenido una relación por un  tiempo… corto o largo… lo suficiente para sentir la relación. Surgen los cariños, las esperanzas y expectativas de que la relación cambie y que todo se va solucionar y volverá la tranquilidad... “volverá todo a ser como antes”, … aún más, nuestro pensamiento va más allá… guardamos ese secreto anhelo de que todo será como era al principio. E insistimos, nos quedamos, a veces por largo rato en la relación esperando que todo eso suceda de una manera mágica, vamos a despertar y todo lo que esperábamos sucediera en la relación, ya ES.

Hasta que llega ese triste momento en que te das cuenta que el cambio que esperas no es posible. Y que probablemente no sucederá al menos ahora, mientras se mantengan las mismas condiciones que sustentaban su existencia y uno es parte de esas condiciones...  Si todo sigue igual… el cambio, simplemente, no sucederá. Menos si una de las partes no tiene consciencia o no reconoce para sí la necesidad de ese cambio... o al menos no identifica su participación en todo lo que ha sucedido. Mas aún  si la  intención ha sido puesta en que el otro cambie, y en nosotros no identificamos y no nos abrimos a ver cómo contribuimos. 

Y ahí el soltar es necesario, dejar partir ...  dejar que el otro se vaya pues con nosotros no se va dar cuenta de nada a no ser que lo dejemos libre para que realice sus reflexiones....(si es que se detiene a hacerlo) Que difícil es permitir que simplemente se vaya... Qué difícil es aceptar que con nosotros no se pudo y la relación se quebró. Quizás no es para siempre... Definitivamente NO AHORA. Qué complejo sobre todo cuando el cariño está ahí vivo…

Los Desapegos son aprendizajes para identificar y diferenciarnos de aquello que nos detiene, implica CAMBIOS, son  volver a empezar, son un nuevo comienzo en la relación, es definitivamente una nueva relación. Con otro nombre, con otra cercanía o distancia, con otra forma de comunicarse.
Es un pensarse y sentirse diferente y pensar y sentir diferente al otro, ya nunca volverán a ser los mismo ya sea que se vuelvan a encontrar o no.
Todo el proceso puede ser muy complejo, muy duro lleno de emociones y sentimientos dolorosos que parece que nunca acaban…. La pena surge espontanea y sin invitación, necesaria siempre para hacer reflexión, a veces ahoga, a veces persistente.
 Sin embargo si tiene fin, si llega esa certeza esa luz que nos indica que todo estará bien que es parte de nuestras experiencias y que la vida nos está mostrando un gran aprendizaje que durará para siempre, y siempre no es solo en esta vida, siempre es incluso para nuestro espíritu. Y esos aprendizajes sí que son valiosos!!
La experiencia del desapego no es una sola vez, es cada vez una nueva experiencia, la anterior nos ayuda a vivir mejor la siguiente, sin embargo definitivamente es una nueva experiencia con nuevos sentimientos y nuevos cambios que enfrentar y adaptar, convirtiéndonos así cada vez en mejores personas, más conscientes y despiertos al vivir la experiencia.

1 comentario:

  1. Simplemente gracias, estoy en ello hoy y lo que más cuesta es soportar el embate de las contradicciónes, sobre todo si tienen además un soporte religioso, con consecuencias poco entendidas por las demás personas.
    Gracias

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